
Horacio Marín, presidente de la petrolera estatal YPF, le hizo un guiño al campo, al manifestarse de acuerdo en promover una nueva ley de biocombustibles, en una disertación de casi una hora que ofreció en el Congreso Maizar 2025, que se realizó este miércoles en Parque Norte.
El ejecutivo protagonizó uno de los paneles centrales del evento, en medio de la expectativa de la cadena del maíz por la transformación de parte de la producción del cereal en bioetanol, el biocombustible que se mezcla con las naftas.
El mensaje de Marín fue dirigido a los directivos de Maizar (la asociación de la cadena del maíz y el sorgo argentinos) y ante miles de productores y referentes agroindustriales, que ven a los biocombustibles como una oportunidad de valor agregado, a la par de representar una mejora ambiental frente a la energía fósil.
En la Argentina se producen unas 50 millones de toneladas de maíz por año, pero es muy poco lo que se destina a los biocombustibles, a diferencia de Estados Unidos y Brasil, los otros dos grandes productores mundiales del cereral, que al compás de los cortes obligatorios de las naftas con bioetanol, han impulsado la producción de maíz con mucha más fuerza que nuestro país en las últimas décadas.
En unos de los eventos clásicos del sector agropecuario, con la impronta del cultivo que agrega más valor en cadena, el presidente de YPF presentó el plan 4×4, consistente en optimizar las operaciones, maximizar eficiencias, enfocarse en el desarrollo de Vaca Muerta y desarrollar el proyecto de Gas Natural Licuado (GNL). Se mostró convencido de que esas acciones “harán que la Argentina exporte energía por US$ 40.000 millones anuales”, similar a lo que exporta hoy la agroindustria y permitirá “que el campo deje de ser la única pata que provee a la Argentina los dólares necesarios para sostener el crecimiento económico”.
En cuanto a la normativa sobre biocombustibles, Marín señaló que “una buena ley no es por lobby, no es que se haga lo que dicen Maizar, o YPF, o las automotrices. Es trabajar los tres juntos para que sea una buena ley por la Argentina”, dando cuenta que los marcos regulatorios y los tratamientos legislativos sobre este tema han sido complicados por lobbies sectoriales que no han propiciado un desarrollo sostenido.
El presidente de Maizar, Federico Zerboni, puntualizó que el crecimiento del maíz en Estados Unidos se explica en gran medida por la producción de bioetanol y que “Brasil, que partió de una situación hiperinflacionaria similar a la de Argentina en los ’90, logró pasar de ser importador a exportador de alimentos, y de producir 55 millones de toneladas de granos a más de 320 millones”, en contraste con nuestro país, que había escalado rápidamente de 40 a 130 millones de toneladas y lleva una década estancada en ese nivel».
Zerboni contrastó también el PBI de la Argentina y el de los países vecinos en los últimos 30 años: mientras el de Brasil creció 257%, el de Paraguay 252% y el de Uruguay 324%, el de Argentina, apenas 56%. “Claramente, erramos el camino”, sostuvo.
En tanto, Marcelo McGrech, presidente del Congreso Maizar 2025, destacó el lema del evento: “Por más valor”. Explicó que “el maíz y el sorgo ya no son solo cultivos. Son vectores de cambio. Son motores de desarrollo. La llave para producir alimentos, energías renovables, insumos industriales. Para generar empleo de calidad…
E incitó a trabajar juntos para construir acuerdos. “Ya no alcanza con tener razón. Hace falta tener rumbo. Proyecto. Audacia”, dijo, y citó ejemplos de empresas que lograron desarrollos a partir de la transformación del maíz y el sorgo. “Necesitamos una visión común. Campo, industria y Estado. Juntos. Un acuerdo estratégico, que trascienda gobiernos”, alentó.
El recurrente reclamo por la eliminación de las retenciones a los granos fue subrayado por Zerboni, y de parte del Gobierno contestó el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, quien lejos de oponer visiones, arrancó diciendo: “Todo lo que han dicho es lo que yo pienso”.
Y agregó: “Es verdad. Brasil, Uruguay.. no castigaron al campo durante 25 años”. El funcionario puso en consideración que los países vecinos “no solo no maltrataban al campo, sino que se dieron cuenta de que tampoco podían maltratar las variables macroeconómicas, el régimen cambiario, lo fiscal, la emisión monetaria.
Subrayó que “tuvieron una economía ordenada, aparte de tener una política respecto del campo, y eso los llevó adonde están hoy. Nosotros no pudimos porque se aplicaron todas las medidas que no había que aplicar en todos los sentidos”.
Y tras diferenciar médicos de curanderos (en ironía hacia políticos y economistas de gobiernos anteriores) el funcionario afirmó que “esta es la primera vez que, coincidiendo con el diagnóstico, estamos cambiando la terapia, estamos cambiando el tratamiento, estamos ordenando las cuentas públicas. Estamos haciendo un ordenamiento fenomenal en la Argentina en términos de gasto público. Y por ahí estamos empezando”.