
Lionel Messi fue el mejor anfitrión de la primera jornada de su torneo, el que creó para promover el desarrollo y el roce internacional para las estrellas del futuro, ya que son jugadores sub 16. Este martes, estuvo en el Chase Stadium para ver el estreno del Inter Miami, que goleó a Newell’s de Rosario, y el agónico empate que sufrió River contra el Barcelona de España.
Un rato después de recibir el premio por ser el MVP de la temporada de la MLS con una diferencia abismal, la Pulga, con su mate inseparable, se fue a uno de los palcos del estadio ubicado en Fort Lauderdale para observar el debut victorioso de los locales de esta primera edición del torneo.
Fue 4 a 0 para Las Garzas con goles de Nicolás Pineros, Leandro Padilla y Zidane Cadet (2) para el equipo dirigido por Diego García.
La formación de Newell’s: Juan Cruz Allegraniza; Giovanni Rubortone, Juan Martín Berardo, Tiziano Zalazar, Josías Martínez; Benjamín Vallejos, Bautista Arévalo, Diego Ruiz Díaz; Thiago Valenti; Iani Romero, Máximo Contreras.
«Queríamos hacer la inauguración con todos los chicos en la cancha, pero es una locura meterlos abajo de la lluvia, es una lástima. Pero quedan días para disfrutar. Ojalá sea una experiencia hermosa para los jugadores y los padres que los acompañan. Ahora voy a saludar a los chicos y voy a estar estos días compartiendo con todos ellos. Muchas gracias a todos por venir», aseguró Messi.
El turno nocturno tuvo un partidazo entre Barcelona y River, cuyos jugadores se habían cruzado en la previa con el campeón del mundo argentino, para cumplir uno de sus sueños. “La foto con Leo va directo a la pared”, dijo Felipe López, una de las figuras del equipo conducido por Martín Pellegrino.
Rulan Mba convirtió un golazo para adelantar al equipo culé en el primer tiempo. En una ráfaga en el complemento, el Millonario puso el empate con un dudoso penal convertido por Bruno Cabral y un desvío de Joaquín Amor en el centro del área.
Sobre la hora (se juegan dos tiempos de 40 minutos), a River se le escapó la victoria después de un centro que el arquero Estéfano Sarro no pudo rechazar de buena manera y una serie de rebotes que le permitieron a Ahmed Abarkane meter el 2-2 final.

