Fangio y Senna reunidos en un único destino al alcance de una visita de fin de semana puede ser una tentación interesante para conocer Balcarce. Pero, además, hay campo, papa, estancia, parque arqueológico y postre típico. Una vida tranquila en una ciudad bonita a una distancia razonable desde la Ciudad de Buenos Aires y muy cerca de Mar del Plata.
A los herederos de Senna se les había ocurrido llevar la vida del piloto a Netflix. Pero, además, querían que la producción no saliera del Cono Sur. Dos dilemas los preocupaban: los escenarios y los autos. Un par de claves sin las cuales era irrealizable el sueño de la serie.
Si bien hubo que buscar destinos para reconstruir distintos circuitos en Montevideo, Mar del Plata y Buenos Aires, Balcarce era la ciudad que más alto levantaba la mano en la sala de decisiones. Un quíntuple campeón mundial en el ADN, un espíritu tuerca que se huele en toda la comarca y la única fábrica de autos de carrera de Sudamérica bastaron para inclinar la balanza.
Con el furor sembrado en las nuevas generaciones por Franco Colapinto, la Fórmula 1 se convierte en una interesante propuesta para compartir una actividad en familia y emprender un viaje de fin de semana o una escala en unas vacaciones más prolongadas.
El destino perfecto es Balcarce, a algo más de 400 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a 74 de Mar del Plata, se convierte en una perfecta opción para pasar un par de días, o huir de una jornada poco playera.

Cómo es Balcarce y qué se puede hacer
El recorrido hacia la localidad te sorprende en la ruta con su camino ondulado que te muestra el macizo de Tandilia, una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta (entre 1.500 y 2.200 millones de años).
Tan cerca del mar, un alineamiento de rocas duras y colinas bajas que se prolongan por 300 kilómetros del noroeste al sudeste de la provincia de Buenos Aires, tienen en esta ciudad un atributo particular: la Formación Balcarce, una secuencia de piedras que se asentaron gracias a la presencia de un antiguo mar.
Reino de la papa, la ciudad es grande y nunca pierde su aire de barrio, aún cuando llegás al núcleo típico de todo pequeño conglomerado urbano bonaerense.
Balcarce, como casi todas la ciudades de la provincia, se despereza alrededor de su plaza principal, Libertad, un pulmón maravilloso para las tardes de verano, sacar alguna pelota con los chicos, descansar bajo los árboles o hacer largas caminatas.

Hay sitio para todos: tiene cuatro manzanas repletas de pérgolas con enredaderas y algunas estatuas de valor, como el monumento a la República, erigido sobre la Pirámide de Mayo. Es aquí donde se realizan las principales festividades de la ciudad y donde se concentra el conjunto de los edificios más destacados.
Uno tras otro se encuentran el Palacio Municipal -que data de 1929-, la fuente con el monumento al brigadier general Antonio González Balcarce, quien fue Segundo Jefe del Ejército de los Andes, el Banco de la Nación Argentina, la Iglesia San José, de estilo romano, que data del año 1886.
La Plaza Libertad fue proyectada por el arquitecto Francisco Salamone, el mayor exponente de arquitectura pública nacional. El Matadero, el Portal del Cementerio y la Escuela Normal frente a la plaza son las obras que se conservan en la ciudad.

Y, claro, también a la vera de una de las esquinas del mismo parque, se encuentra el Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio.
Balcarce, epicentro del automovilismo
Es precisamente este sitio el epicentro del automovilismo en Argentina. Un largo trayecto que se inició en los años 70 y convocó al pueblo local y al propio Fangio, bajo la meta de reunir todas sus pertenencias en un único sitio.
La iniciativa llevó a la inauguración del museo en 1986 (días hábiles de 10 a 17, fines de semana y feriados de 10 a 18, $ 17.000 para adultos, $ 13.000 para menores).

Para eso se recuperó un sitio totalmente abandonado integrado por la antigua Municipalidad y el viejo Concejo Deliberante.
Siete pisos fueron diseñados en espiral como un circuito de carreras que recorre históricamente la vida deportiva de Fangio, además de los hitos más importantes del Turismo de Carretera y el automovilismo argentino en general.
A esta experiencia tuerca, se suma el taller de Tulio Crespi, quien con sus seis hijos es una institución local. Él fue el elegido para diseñar los autos que reconstruyen la historia de Ayrton Senna para la serie de Netflix.

Fue allí donde se reprodujeron 22 vehículos de carrera, incluidos un McLaren MP4/5 de 1989/1990, otro MP4/4 de 1988 y el Ferrari F641 de Alain Prost. Hoy pueden verse varias de esas piezas en la misma fábrica (es gratis).
Tulio, además, ha creado la Crespi Formula Concept, un servicio de reproducción de estos autos que quien lo desee puede adquirir.
En 1991 Juan Manuel Fangio era ya un experto anfitrión. Se llevaba a Balcarce a todos sus amigos siempre que podía, y solía invitar a las figuras internacionales a su ciudad natal.
Preocupado por no tener el espacio adecuado, en 1991 compró una estancia a 15 kilómetros de la ciudad que pasó por varias manos luego de su muerte, reconvertida en hotel, no siempre con buen tino.
Hoy, bajo el nombre de «El Casco de Fangio” se ha puesto a punto y ofrece, además de alojamiento, gastronomía típica gauchesca: asados, pastas caseras con estofado y milanesas, acompañada con los vinos «Fangio Legend” de la Bodega Bournett, con cinco cepas en homenaje a los respectivos títulos del campeón.
Vida natural
Con el aporte de especialistas de la Universidad de Mar del Plata y algunos científicos locales, se dio vida al Geoparque Pun Antü en las afueras de la ciudad (entrada libre y gratuita, lunes a viernes de 9.30 a 15, sábados y domingos de 14 a 18), un circuito integrado por sitios de interés geológico que abarcan 2.200 millones de años de historia natural de la región.
El recorrido comienza cronológicamente desde ese hito, representado por el Complejo Buenos Aires, pasa por la Formación Balcarce (460-480 millones de años) y finaliza en el Cuaternario (10.000 – 11.000 años). Además, el museo de sitio anclado al ingreso, permite observar piezas recuperadas del mismo parque, con datación y fichaje museístico.

Aunque momentáneamente cerrado esperando reparaciones, el Autódromo Juan Manuel Fangio se recuesta sobre la ladera noroeste de la sierra «La Barrosa”. Merece la visita porque es un punto panorámico exclusivo, cuyas pendientes se convierten en tribunas naturales que no sólo permiten avistar casi la totalidad de los 5 kilómetros del circuito, sino tener una imagen competa de la ciudad y los senderos de montaña.
Allí cerca, además, se encuentra Laguna La Brava, un espejo de agua de 420 hectáreas enmarcado por el paisaje serrano. En ella se realizan deportes acuáticos (desde kayak a navegación a vela), pesca y avistaje de aves. Es el sitio preferido por el público local para las escapadas. Imperdibles son allí los atardeceres.

Sabores locales
La gastronomía local presenta algunos desafíos. Don Jota, justo al lado de la oficina de Turismo al ingreso a la ciudad, se ve como un restaurante de estación de servicio, pero nada más lejos de eso.
Menús gourmet y abundantes, con carta amplia y para todos los gustos.
El Hotel Balcarce, cómodo, renovado, elegante y con confitería propia, balconea con la terraza de su café a la plaza central, como otra opción para el té de la tarde. A unos pasos, la heladería Cyrano, además de precios muy acomodados, ofrece sabores novedosos. Los últimos son mandarina y limón, menta y jengibre. No te pierdas el de flan.

Por supuesto es de aquí el postre que lleva el nombre de la ciudad. Hoy Jockey Delicias Gourmet, que originalmente se fundó a mediados de 1962, con participación del pastelero Ángel Cerezuela a cargo de las delicatessen y discípulo directo del creador del auténtico postre Balcarce, revive la receta con dulce de leche, crema chantilly, pionono, nueces o castañas en almíbar, coco y azúcar impalpable. Hoy se encuentra a cargo de su nieta, Natalia.
También son locales los alfajores Guolis, un emprendimiento familiar que nació en un garage en el corazón de la ciudad, se terminó convirtiendo en la marca que desde Balcarce se proyecta a todo el país. Ideales para souvenir. Lo mismo que la marca local de snacks Gauchitas, un poco más gruesas, con cáscara, con versiones de papas andinas y al aceite de oliva, son cocinadas a mano.

Podés incluir en el recorrido una visita algunos pueblos vecinos.
- En San Agustín se encuentra la significativa Delegación Municipal, construida por Francisco Salamone, la estación de trenes y el Parque Idoyaga Molina, una reserva natural municipal.
- Allí cerquita está Barker, sede de la Fiesta Nacional de la Frambuesa y Juan Eulogio Barra donde cada año se realiza un concurso de asadores en la Fiesta del Asado Pampeano.

Balcarce mezcla la velocidad con la calma, el paisaje con la tecnología. Gente amable y tiempo para disfrutar. Una opción perfecta para reposar, hacer vida al aire libre y llevarte sensaciones diferentes.